Es difícil egresar de una carrera y entrar al mundo laboral. Nos damos cuenta que los mundos de la universidad y el mercado de trabajo son muy distintos, y muchos no están suficientemente preparados para ese cambio radical. Lo mismo sucede cuando has hecho un trabajo político dentro de la universidad, ya sea en forma independiente o al alero de alguna agrupación o juventud, también es un cambio grande; ya no eres estudiante, sino que un joven profesional o egresado.
Formé parte del Centro de Estudiantes de Derecho y fui vicepresidente de la FECH en dos oportunidades, experiencias que agradezco, pues me enseñaron muchas cosas del trabajo en la política, además de inquietudes para seguir desarrollando. Una de los desafíos principales que he querido trabajar, siempre desde la izquierda -donde siempre he pertenecido-, se refiere al rol que podemos cumplir los jóvenes en la transformación de este país, un lugar que espera cambios desde hace 20 años, y que clama por recuperar los espacios de poder para la ciudadanía, tan alejada del mundo político.
En base a eso, creamos hace unos años la ONG Remolino junto a un grupo de estudiantes y egresados de la universidad, donde ponemos a disposición de la gente todos los conocimientos que nos entregan las diferentes disciplinas que estudiamos. Abogados, médicos, veterinarios, dentistas y estudiantes de otras carreras trabajamos realizando operativos en distintas poblaciones de Santiago, en base a un trabajo no sólo asistencial sino también político, en conjunto con dirigentes vecinales. Esa experiencia ha sido gratificante para todos, y la organización sigue creciendo cada vez más, al punto que acabamos de lanzar nuestra revista “La Remolino”, que nosotros mismos repartimos gratuitamente en los barrios universitarios.
Con el pasar de los años, me fui dando cuenta que es necesario tomarse los distintos espacios de poder, única solución si queremos transformar las políticas de este país. Si no intentamos ocupar esos espacios, esos cargos, otro lo van a hacer por ti, y también decidirán por ti, aunque sea en un ámbito muy reducido. Los jóvenes y la izquierda deben organizarse para lograr conquistar el poder, participando con las reglas del sistema, pero con el fin de poder cambiarlas una vez que alcancemos la meta. Aburrido que la izquierda sea sólo testimonio, cansado de meros saludos a la bandera, comenzamos un trabajo desde el año pasado junto a otros desencantados del duopolio del poder (Concertación y Alianza por Chile), aburridos de esperar cambios en educación, salud, vivienda, previsión, derechos laborales e indígenas, entre otras temáticas aún no resueltas. Creamos el Movimiento Amplio Social – MAS, llevamos candidatos a alcaldes en algunas comunas y triunfamos en cinco. Proclamamos nuestro candidato presidencial, el senador Alejandro Navarro, un trabajador incansable en la defensa de los derechos de los trabajadores. Tuve la suerte de ser elegido Presidente del partido, y dar comienzo a nuestro proceso de inscripción legal. Hemos inscrito cuatro regiones del país, y seguimos trabajando para inscribir la Región Metropolitana, la VIII, la XV, la XII y la V, con más del 50 % del camino ya avanzado.
Soy el presidente de un partido político más joven de Sudamérica, y creo que mi experiencia en la universidad fue fundamental para ello. No quiero enaltecerme, pues mi trabajo sólo es en función de un proyecto político que busca ser alternativa para la gente, una alternativa política a la Concertación. Queremos volver a los tres tercios, consideramos que le hace bien a la democracia. Queremos que la izquierda en Chile sea fuerte, que se una en un solo bloque, en una sola candidatura presidencial, en una sola lista parlamentaria alternativa.
En mi compromiso cito textual las palabras que escribí para reflejar el país que deseo construir con los jóvenes de la ONG Remolino y que creo interpretan planamente el Chile en el que deseo vivir “para alcanzar el sueño de un Chile igualitario, una nueva constitución política elaborada vía asamblea popular constituyente, un sistema de plebiscito y consultas nacionales para decidir los grandes temas del país, una educación pública de calidad, un trabajo bien remunerado, un sistema de protección social justo y universal, una nueva vivienda social digna, una mejor salud con más cobertura y mejores consultorios y hospitales donde lo principal sea la atención al paciente, políticas de defensa del medio ambiente y de los recursos naturales, igualdad de género y aseguramiento del ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y hombres, respeto a los pueblos originarios, descentralización del poder político, recuperación de los espacios públicos como las plazas y parques para las familias y no para el fomento de la delincuencia, de gestiones regionales y municipales centradas en el bienestar y seguridad de los vecinos y no en la corrupción y el robo de los recursos fiscales y, por supuesto, en pos de la participación de las y los excluidos en general”.
Felipe Hazbún Marín
Presidente del Partido Movimiento Amplio Social
Ex Vicepresidente FECH
Fundador y ex Presidente ONG REMOLINO
Formé parte del Centro de Estudiantes de Derecho y fui vicepresidente de la FECH en dos oportunidades, experiencias que agradezco, pues me enseñaron muchas cosas del trabajo en la política, además de inquietudes para seguir desarrollando. Una de los desafíos principales que he querido trabajar, siempre desde la izquierda -donde siempre he pertenecido-, se refiere al rol que podemos cumplir los jóvenes en la transformación de este país, un lugar que espera cambios desde hace 20 años, y que clama por recuperar los espacios de poder para la ciudadanía, tan alejada del mundo político.
En base a eso, creamos hace unos años la ONG Remolino junto a un grupo de estudiantes y egresados de la universidad, donde ponemos a disposición de la gente todos los conocimientos que nos entregan las diferentes disciplinas que estudiamos. Abogados, médicos, veterinarios, dentistas y estudiantes de otras carreras trabajamos realizando operativos en distintas poblaciones de Santiago, en base a un trabajo no sólo asistencial sino también político, en conjunto con dirigentes vecinales. Esa experiencia ha sido gratificante para todos, y la organización sigue creciendo cada vez más, al punto que acabamos de lanzar nuestra revista “La Remolino”, que nosotros mismos repartimos gratuitamente en los barrios universitarios.
Con el pasar de los años, me fui dando cuenta que es necesario tomarse los distintos espacios de poder, única solución si queremos transformar las políticas de este país. Si no intentamos ocupar esos espacios, esos cargos, otro lo van a hacer por ti, y también decidirán por ti, aunque sea en un ámbito muy reducido. Los jóvenes y la izquierda deben organizarse para lograr conquistar el poder, participando con las reglas del sistema, pero con el fin de poder cambiarlas una vez que alcancemos la meta. Aburrido que la izquierda sea sólo testimonio, cansado de meros saludos a la bandera, comenzamos un trabajo desde el año pasado junto a otros desencantados del duopolio del poder (Concertación y Alianza por Chile), aburridos de esperar cambios en educación, salud, vivienda, previsión, derechos laborales e indígenas, entre otras temáticas aún no resueltas. Creamos el Movimiento Amplio Social – MAS, llevamos candidatos a alcaldes en algunas comunas y triunfamos en cinco. Proclamamos nuestro candidato presidencial, el senador Alejandro Navarro, un trabajador incansable en la defensa de los derechos de los trabajadores. Tuve la suerte de ser elegido Presidente del partido, y dar comienzo a nuestro proceso de inscripción legal. Hemos inscrito cuatro regiones del país, y seguimos trabajando para inscribir la Región Metropolitana, la VIII, la XV, la XII y la V, con más del 50 % del camino ya avanzado.
Soy el presidente de un partido político más joven de Sudamérica, y creo que mi experiencia en la universidad fue fundamental para ello. No quiero enaltecerme, pues mi trabajo sólo es en función de un proyecto político que busca ser alternativa para la gente, una alternativa política a la Concertación. Queremos volver a los tres tercios, consideramos que le hace bien a la democracia. Queremos que la izquierda en Chile sea fuerte, que se una en un solo bloque, en una sola candidatura presidencial, en una sola lista parlamentaria alternativa.
En mi compromiso cito textual las palabras que escribí para reflejar el país que deseo construir con los jóvenes de la ONG Remolino y que creo interpretan planamente el Chile en el que deseo vivir “para alcanzar el sueño de un Chile igualitario, una nueva constitución política elaborada vía asamblea popular constituyente, un sistema de plebiscito y consultas nacionales para decidir los grandes temas del país, una educación pública de calidad, un trabajo bien remunerado, un sistema de protección social justo y universal, una nueva vivienda social digna, una mejor salud con más cobertura y mejores consultorios y hospitales donde lo principal sea la atención al paciente, políticas de defensa del medio ambiente y de los recursos naturales, igualdad de género y aseguramiento del ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y hombres, respeto a los pueblos originarios, descentralización del poder político, recuperación de los espacios públicos como las plazas y parques para las familias y no para el fomento de la delincuencia, de gestiones regionales y municipales centradas en el bienestar y seguridad de los vecinos y no en la corrupción y el robo de los recursos fiscales y, por supuesto, en pos de la participación de las y los excluidos en general”.
Felipe Hazbún Marín
Presidente del Partido Movimiento Amplio Social
Ex Vicepresidente FECH
Fundador y ex Presidente ONG REMOLINO